No sé,
parece que me tiembla todo,
Quisiera desaparecer,
pero en mi piel no encuentro el modo.
tal vez,
he sido demasiado dura,
conmigo mismo y me encerré,
En un laberinto sin cordura.
Y mi piel con quemaduras de tu luna,
que hoy me dejan con la duda y en tus manos,
hoy la máscara que viste mi existencia
quiere desaparecer.
A Dios pongo por testigo a Dios,
yo tengo que perderte Adiós.
No quiero más promesas encima de la mesa
Adiós.
Después,
de tanto bailar con la pena,
me he dado cuenta que el silencio,
es la mayor de las condenas.
Quizás,
no tuve tiempo de buscarme,
siempre con miedo a no caer,
entre cadenas y coraje.
Y mi piel con quemaduras de tu luna,
que hoy me dejan con la duda y en tus manos,
hoy la máscara que viste mi existencia
quiere desaparecer.
A Dios pongo por testigo a Dios,
yo tengo que perderte Adiós.
No quiero más promesas encima de la mesa.
Me faltan las alas de tu mirada,
me falta el viento de tu aliento, pa’ despegar.
Me falta el sol de tu cintura, dándome altura.
Me falta soñar mas despierta,
Como hacía antes, cuando era pequeña.
me falta quitarme los clavos
que había en una caja,
que ponía complejos,
que hace muchos años
que me los clavaron
y aún sigo con ellos.
Me falta tan solo creerme,
que puedo hacerlo.
Que puedo hacerlo.
parece que me tiembla todo,
Quisiera desaparecer,
pero en mi piel no encuentro el modo.
tal vez,
he sido demasiado dura,
conmigo mismo y me encerré,
En un laberinto sin cordura.
Y mi piel con quemaduras de tu luna,
que hoy me dejan con la duda y en tus manos,
hoy la máscara que viste mi existencia
quiere desaparecer.
A Dios pongo por testigo a Dios,
yo tengo que perderte Adiós.
No quiero más promesas encima de la mesa
Adiós.
Después,
de tanto bailar con la pena,
me he dado cuenta que el silencio,
es la mayor de las condenas.
Quizás,
no tuve tiempo de buscarme,
siempre con miedo a no caer,
entre cadenas y coraje.
Y mi piel con quemaduras de tu luna,
que hoy me dejan con la duda y en tus manos,
hoy la máscara que viste mi existencia
quiere desaparecer.
A Dios pongo por testigo a Dios,
yo tengo que perderte Adiós.
No quiero más promesas encima de la mesa.
Me faltan las alas de tu mirada,
me falta el viento de tu aliento, pa’ despegar.
Me falta el sol de tu cintura, dándome altura.
Me falta soñar mas despierta,
Como hacía antes, cuando era pequeña.
me falta quitarme los clavos
que había en una caja,
que ponía complejos,
que hace muchos años
que me los clavaron
y aún sigo con ellos.
Me falta tan solo creerme,
que puedo hacerlo.
Que puedo hacerlo.
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